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La Infraestructura Tecnológica: Una de las Principales Inquietudes de las Empresas Implementadoras de Sistemas ERP

  • fjdelosrios
  • hace 11 minutos
  • 5 Min. de lectura
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La implementación de un sistema ERP (Enterprise Resource Planning) es un proyecto que, aunque suele percibirse como una iniciativa principalmente funcional o de procesos, también está fuertemente condicionado por la infraestructura tecnológica sobre la que se soporta. Desde servidores, redes y bases de datos, hasta opciones de nube, ciberseguridad y continuidad operativa, la infraestructura es la columna vertebral que hace posible que un ERP funcione de manera estable, segura y escalable.


Para una empresa implementadora, las inquietudes respecto a la infraestructura tecnológica son múltiples. Muchas veces el éxito o fracaso del proyecto no depende únicamente del software o de la consultoría, sino de la solidez y adecuación de la infraestructura disponible. Este artículo explora en detalle las principales preocupaciones, riesgos, dilemas y estrategias que enfrentan las empresas implementadoras al abordar este frente crítico.


1. La infraestructura tecnológica como base del ERP


Un ERP integra procesos centrales de la organización: finanzas, compras, ventas, logística, producción, recursos humanos, entre otros. Para que todo esto funcione sin interrupciones, es indispensable contar con una infraestructura robusta que garantice:


  • Disponibilidad: que el sistema esté en línea cuando se necesite.

  • Escalabilidad: que pueda crecer con el negocio.

  • Seguridad: que proteja la información crítica.

  • Rendimiento: que soporte transacciones sin lentitud.

  • Resiliencia: que se recupere rápidamente ante fallas.


La empresa implementadora, consciente de esta realidad, se inquieta cuando percibe que el cliente no da a la infraestructura la importancia que merece.


2. Inquietudes principales respecto a la infraestructura tecnológica


2.1. Elección entre infraestructura local y nube


Una de las primeras decisiones críticas es determinar si el ERP se implementará on-premise (en el data center de la empresa) o en la nube. Para el implementador, cada opción genera inquietudes:


  • On-premise: ¿el cliente tiene el hardware, la climatización, la energía y el personal capacitado para mantener la infraestructura?

  • Nube: ¿el cliente comprende los costos recurrentes, los SLA (Acuerdos de Niveles de Servicio) y las implicaciones de depender de un proveedor externo?


2.2. Capacidad de la infraestructura existente


El implementador teme que la infraestructura actual del cliente no tenga la capacidad suficiente para soportar el ERP. Entre los aspectos más preocupantes se encuentran:


  • Servidores obsoletos.

  • Redes lentas o inestables.

  • Bases de datos sin licenciamiento adecuado.

  • Falta de redundancia en enlaces de internet.


2.3. Escalabilidad futura


Otra inquietud constante es: ¿qué pasa si el negocio crece más rápido de lo esperado? El implementador se preocupa por:


  • Que la infraestructura no escale fácilmente.

  • Que se requieran inversiones adicionales no planificadas.

  • Que el sistema quede limitado en capacidad de usuarios o transacciones.


2.4. Seguridad y cumplimiento


El ERP almacena información crítica: estados financieros, inventarios, nómina, datos de clientes. Las preocupaciones del implementador giran en torno a:


  • Vulnerabilidades de seguridad en la infraestructura.

  • Cumplimiento con normativas de protección de datos (como GDPR o leyes locales).

  • Políticas de backup y recuperación de desastres insuficientes.


2.5. Costos ocultos


El implementador teme que el cliente subestime los costos asociados a la infraestructura:


  • Licencias de bases de datos y sistemas operativos.

  • Renovaciones de hardware cada 3-5 años.

  • Costos de personal especializado para operación y soporte.


3. Riesgos derivados de una infraestructura deficiente


El implementador es consciente de que una infraestructura débil puede echar por tierra todo el proyecto ERP. Los principales riesgos incluyen:


  1. Caídas del sistema: interrupciones que paralizan procesos de negocio críticos.

  2. Bajo rendimiento: lentitud que genera frustración en los usuarios y rechazo al ERP.

  3. Pérdida de datos: fallos en respaldos o ataques de ransomware.

  4. Sobre costos: inversiones adicionales no previstas en el presupuesto inicial.

  5. Pérdida de confianza: los usuarios culpan al sistema o al implementador, aunque la causa sea la infraestructura.


4. El dilema nube vs. on-premise


4.1. Inquietudes con soluciones en la nube


  • Dependencia de la conectividad a internet.

  • Riesgo de costos crecientes por consumo de recursos.

  • Preocupaciones por la soberanía y privacidad de los datos.


4.2. Inquietudes con soluciones on-premise


  • Alto costo inicial de inversión en hardware.

  • Necesidad de contar con personal experto para administrar la infraestructura.

  • Limitaciones de escalabilidad rápida ante crecimiento del negocio.


4.3. Opciones híbridas


Muchos implementadores recomiendan modelos híbridos, pero también generan dudas:


  • Complejidad de administración.

  • Riesgos de seguridad en integraciones.

  • Costos de mantener dos entornos en paralelo.


5. Factores de infraestructura que preocupan al implementador


5.1. Redes y conectividad


Una red inestable o lenta afecta directamente la experiencia de usuario. El implementador se preocupa por:


  • Latencia en transacciones.

  • Saturación de ancho de banda.

  • Falta de redundancia en enlaces.


5.2. Bases de datos


Las bases de datos son el corazón del ERP. Las inquietudes incluyen:


  • Licenciamiento insuficiente.

  • Falta de personal DBA (Administrador de Bases de Datos) especializado.

  • Ausencia de monitoreo proactivo.


5.3. Seguridad


El implementador sabe que los ataques cibernéticos son cada vez más frecuentes. Sus preocupaciones incluyen:


  • Falta de firewalls de nueva generación.

  • Políticas débiles de contraseñas.

  • Ausencia de monitoreo de accesos sospechosos.


5.4. Backup y recuperación


Un ERP sin respaldo confiable es una bomba de tiempo. El implementador teme que:


  • Los respaldos no se realicen con la frecuencia adecuada.

  • No se prueben los procesos de recuperación.

  • Los respaldos no estén en ubicaciones seguras o externas.


6. Estrategias para mitigar las inquietudes


6.1. Evaluación inicial de infraestructura


El implementador suele recomendar un assessment de infraestructura antes de iniciar el proyecto ERP. Esto permite identificar brechas y planificar inversiones necesarias.


6.2. Plan de capacidad


Se debe elaborar un plan que contemple el crecimiento del negocio y el impacto en el uso del ERP, dimensionando servidores, almacenamiento y licencias.


6.3. Seguridad como eje central


El implementador insiste en que el cliente adopte un enfoque de seguridad por diseño, integrando controles desde el inicio.


6.4. Plan de continuidad


Es fundamental definir políticas claras de respaldo, recuperación y pruebas periódicas de contingencia.


6.5. Transparencia en costos


La empresa implementadora recomienda al cliente calcular TCO (Total Cost of Ownership), considerando inversiones iniciales, costos de mantenimiento y renovación de infraestructura.


7. Casos prácticos


Caso 1: El ERP que colapsó por falta de red


Este es el caso de un cliente del sector retail que implementó un ERP en la nube sin considerar que muchas de sus tiendas tenían conexiones de internet lentas. El resultado fue: colas de clientes, frustración y rechazo al sistema. El implementador debió trabajar en mejorar la conectividad, generando sobrecostos no planificados.


Caso 2: La base de datos sin respaldo


En este caso, una empresa industrial sufrió una caída de servidores y descubrió que sus respaldos estaban corruptos. La operación quedó paralizada durante días. El implementador debió asumir parte de la responsabilidad por no haber exigido pruebas de recuperación.


Caso 3: La inversión inicial subestimada


Este otro caso trata de una compañía financiera que eligió un ERP on-premise, pero no contempló la renovación de hardware a los 4 años. Los costos inesperados afectaron la rentabilidad del proyecto y generaron tensiones con el implementador.


8. Buenas prácticas recomendadas


  1. Realizar un diagnóstico completo de la infraestructura antes de iniciar la implementación.

  2. Evaluar modelos nube, on-premise e híbridos con criterios técnicos y financieros claros.

  3. Incluir un frente de infraestructura en el gobierno del proyecto ERP.

  4. Establecer SLAs claros en cuanto a disponibilidad, seguridad y recuperación.

  5. Capacitar al personal interno en operación y administración de la infraestructura.

  6. Planificar la renovación tecnológica a mediano plazo.

  7. Documentar y probar los planes de continuidad y recuperación.


9. Conclusión


Para una empresa implementadora de ERP, la infraestructura tecnológica es un frente de trabajo tan crítico como la definición de procesos o la migración de datos. Sus inquietudes giran en torno a la capacidad, seguridad, escalabilidad, costos y continuidad de la infraestructura del cliente.


Un ERP no puede sostenerse sobre bases tecnológicas frágiles. Por ello, el implementador debe insistir en evaluar, planificar y fortalecer la infraestructura desde el inicio, aun cuando el cliente tienda a subestimarla.


La clave está en lograr un equilibrio entre robustez tecnológica, costos razonables y visión de largo plazo, asegurando que la infraestructura no sea un obstáculo, sino un habilitador estratégico de la transformación que busca el ERP.

 
 
 

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